En Share, hemos tenido el privilegio de observar durante más de una década a cientos de empresarios, emprendedores y líderes en acción. En ese tiempo, hemos aprendido que el éxito no siempre depende del conocimiento técnico o de los recursos, sino de una habilidad que marca la diferencia en los momentos clave: la toma de decisiones.
Después de analizar los comportamientos de nuestros socios más exitosos, hemos identificado tres patrones recurrentes que los distinguen y que se repiten como verdaderos factores de éxito.
El primero es que tienen un instinto pulido. Los grandes empresarios no son infalibles, pero han desarrollado una intuición efectiva. A diferencia de quienes buscan decidir solo desde la razón o el análisis interminable, ellos han entrenado su mente para responder con rapidez y precisión. Su secreto no está en la impulsividad, sino en el equilibrio: han aprendido a controlar sus emociones para que la inteligencia se mantenga alta cuando las presiones son fuertes. Entienden que “si la emoción es alta, la inteligencia es baja”, y por eso trabajan constantemente en fortalecer su carácter, su calma y su instinto.
El segundo patrón es que juegan a ganar, no a no perder. Esta diferencia, aunque parece pequeña, transforma completamente la mentalidad. Tomar decisiones con miedo lleva a la parálisis; tomarlas con visión lleva al crecimiento. Los miembros Share más exitosos no se mueven por el temor a equivocarse, sino por la convicción de avanzar. Analizan, evalúan y actúan con determinación. Su mirada está puesta en la oportunidad, no en el riesgo. Y esa actitud, más que cualquier técnica, es la que los impulsa a crecer incluso en entornos inciertos.
El tercer patrón es que asumen la responsabilidad de sus decisiones. No delegan culpas ni buscan excusas. Saben que toda decisión conlleva consecuencias, y están dispuestos a enfrentarlas. Cuando aciertan, celebran; cuando se equivocan, aprenden. Para ellos, las pérdidas no son fracasos, son costos de aprendizaje. Esa madurez les permite mantener el enfoque, la resiliencia y la credibilidad. Porque en los negocios, como en la vida, el verdadero liderazgo no se demuestra cuando todo sale bien, sino cuando se asumen las consecuencias con integridad.
La toma de decisiones tiene muchas metodologías posibles, pero todas coinciden en algo: el éxito se construye a partir del hábito de decidir con claridad, valentía y coherencia. En Share, hemos comprobado que los miembros que enfrentan con determinación sus decisiones avanzan más rápido hacia sus metas, mientras que quienes dudan o postergan suelen estancarse.
Por eso, estudiar la conducta de los socios Share que triunfan no es solo una observación, es una lección. Su forma de decidir nos enseña que el éxito no está en tener todas las respuestas, sino en atreverse a elegir, aprender y avanzar.
En definitiva, los grandes tomadores de decisiones no nacen: se forman. Se forman en la práctica, en la experiencia y en la comunidad. Y en Share, esa comunidad es el mejor espacio para seguir aprendiendo a decidir mejor cada día.

